El Grande solo puede tener un apellido: Gretzky

Wayne Gretzky llegó al hielo para hacer historia en el hockey con sus títulos, sus marcas y, sobre todo, su estilo de juego. Texto de Daniel Trujillo*

Wayne Gretzky jugando con los Rangers y su estatua en Brantdford. Fotos: de Hakandahlstrom y Jfvoll

Domingo, 18 de abril de 1999. En Nueva York, los 18200 asientos del mítico Madison Square Garden están ocupados. Hoy hay hockey sobre hielo aquí: los New York Rangers se enfrentarán con los Pittsburgh Penguins en el último partido de la temporada para los locales antes de la fase eliminatoria. Los fanáticos rebosan de emoción y expectativa porque este no es cualquier partido de domingo en la noche. Este es el último partido profesional de Wayne Gretzky, apodado simplemente The Great, El Grande.

El partido resultaría en una derrota de los Rangers 2 goles por 1 a la que Gretzky solamente contribuyó una asistencia al único gol de su equipo. Con todo, esa noche nadie se entristeció por la derrota de los Rangers, y la alegría de la victoria de los Penguins cedió su derecho de celebración a la ilustre carrera del número 99. ¿Cómo sucedió eso? ¿Quién era entonces y quién es hoy Wayne Gretzky?

Wayne Gretzky nació en Brantford, Ontario, Canadá en 1961. Apenas tres años después, Walter Gretzky le puso un par de patines a su hijo Wayne y le enseñó a patinar en la cancha improvisada construida en el jardín trasero de la casa. Desde entonces, el pequeño Wayne empezó a practicar. Fue Walter quien le enseñó a Wayne Gretzky que había que patinar hacia donde el disco (puck) iba a estar y no a donde estaba en el momento, algo que El Grande jamás olvidaría.

A la edad de seis años Gretzky empezó a jugar con otros niños… de diez años. Naturalmente los sacos eran muy grandes para el pequeño Wayne, por lo que adquirió el hábito de meter el lado derecho del saco en sus pantalones, algo que siguió haciendo por el resto de su carrera.

Gretzky pantalon

Cuatro años después, con tan solo diez años de edad, Gretzky anotó 400 goles en la temporada. El reportero que escribió sobre la hazaña en el periódico local pensó que había que darle algún nombre a alguien que producía ese tipo de resultados, y así nació The Great One.

 

Desde entonces el camino parecía ya haber sido determinado para Gretzky. A los 13 años ya había anotado más de 1000 goles, protagonista de perfiles en los periódicos de Toronto, además de múltiples y frecuentes burlas e insultos por parte de sus compañeros de equipo y de sus padres.

A los 16, y tras haber jugado durante dos años en Toronto para escapar de las críticas de las familias de su ciudad de origen, Gretzky fue seleccionado por los Sault Ste. Marie Greyhounds de la Liga de Hockey de Ontario, en la misma provincia. Con los Greyhounds Gretzky necesitaba un número, su número. Predeciblemente, Gretzky quiso portal el noble número 9, cubierto de fama por Gordie Howe, el gran Mr. Hockey. Sin embargo, otro jugador con más jerarquía en el equipo ya lo utilizaba, así que el equipo le asignó el 19. Unas semanas más tarde, y gracias a la sugerencia del entrenador de los Greyhounds, Gretzky empezó a utilizar el número que él mismo exaltaría hasta ser el único número retirado en su honor en toda la Liga Nacional de Hockey (NHL por su sigla en inglés National Hockey League), el número por el que todos le conocen hoy en día y el que todos quieren, pero nadie puede utilizar: el 99. Incluso el famoso rapero Snoop Dogg hizo un homenaje a su manera al 99 en la serie de videos que grabó para la serie eliminatoria de la NHL del 2018.

99

En 1978, cinco años después del regreso de Gordie Howe al hockey profesional como miembro de los Houston Aeros de la Asociación Mundial de Hockey (WHA por su sigla en inglés World Hockey Association), Wayne Gretzky firmó un contrato por siete años con los Indianapolis Racers, también de la WHA, dado que la NHL no permitía contratar jugadores menores de 20 años y un talento como Gretzky tenía que aprovecharse. No obstante, la WHA estaba en crisis. Los Racers estaban perdiendo 40000 dólares estadounidenses por partido y los directivos sabían que el equipo no podría sobrevivir mucho más tiempo. De ese modo, Gretzky era más un valioso instrumento de intercambio que un buen delantero para su equipo. Por un precio acordado de 850000 dólares estadounidenses, de los que solamente se pagaron 700000, Gretzky fue vendido a los Edmonton Oilers junto con otros dos compañeros. La WHA desapareció, los Racers quebraron, y los Oilers fueron uno de los equipos absorbidos por la NHL. De ese modo Gretzky llegó a la liga grande, donde ganó el trofeo como jugador más valioso en su primera temporada. Con los Oilers Gretzky ganó la Copa Stanley, el trofeo de la NHL, en cuatro ocasiones. En Edmonton existe hoy una estatua conmemorativa de este hito representando a Gretzky levantando la copa.

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Estatua de Gretzky en Edmonton. Foto: 117Avenue

La leyenda de Gretzky siguió creciendo en Edmonton, acompañada de las historias de los jugadores y de los aficionados: que nadie lo veía venir aunque todos lo buscaban, que nadie leía el partido y a sus contrincantes como él, que nadie anticipaba las jugadas como él… así había muchas. Quizás una de las cosas que más se repetían sobre Gretzky era que casi nadie lograba detenerle, ni siquiera golpeándole. Hay que recordar que en hockey es legal golpear con el cuerpo a un jugador que lleva el puck con el fin de ganar posesión del mismo. Sobre Gretzky, los jugadores de los otros equipos declaraban con una mezcla de ira y respeto que fracasaban cuando intentaban golpearlo porque al último momento Gretzky los esquivaba o cambiaba súbitamente de dirección escapando así al embate. Esto evidencia tres aspectos clave del estilo de juego del Grande: su capacidad de ver todo cuanto sucedía en el hielo, su inclinación por el juego en equipo y su aversión a las peleas. Gretzky no era el jugador más corpulento ni el más fuerte, pero sí era decididamente el más inteligente.

Por eso, su estilo de juego no encajó bien inicialmente con el estilo tradicional de la NHL donde el énfasis estaba en detener a quien llevase el puck, sino que era más similar al estilo de juego de los soviéticos, quienes entrenaban para funcionar en total sincronía. Gretzky impulsó este estilo al interior de los Oilers convirtiéndolos en el primer equipo de la NHL en anotar un promedio de 423 goles por temporada en una época en la que ningún equipo alcanzaba a los 400. Su estilo también se hizo notar por su habilidad para armar jugadas de gol desde la parte trasera de la red del equipo contrario, que hasta el día de hoy se conoce como “la oficina de Gretzky”.

oficina de Gretzky
La oficina de Gretzky

Gretzky permaneció con los Oilers hasta 1988, cuando el mundo del hockey fue sacudido por la noticia del traspaso del Grande a Los Ángeles para jugar con los Kings. El traspaso estuvo lleno de controversia y de acusaciones de traición por parte de algunos canadienses, la solicitud de un líder político al gobierno canadiense de impedir la transacción, quien sostenía que la motivación del traslado había sido la carrera de actuación de la esposa de Gretzky. Pero El Grande acalló los rumores y calmó los ánimos al llevar a los Kings a cuatro victorias consecutivas, derrotando incluso a los Edmonton Oilers, entonces campeones defensores, en la serie eliminatoria de ese año.

El impacto de Gretzky en Los Ángeles fue mucho más allá de buenos resultados para los Kings. Los aficionados del hockey empezaron a interesarse más por el deporte en California, lo que llevó a la formación de dos equipos profesionales adicionales en el estado: los Mighty Ducks de Anaheim (nombrados inicialmente por la famosa franquicia de películas de Disney, ahora llamados simplemente Anaheim Ducks), y los San Jose Sharks.

En 1996, Gretzky dejó a los Kings por los St. Louis Blues, donde fue nombrado capitán a su llegada. Pese a todo, su pobre relación con sus compañeros de equipo y con el entrenador lo motivó a rechazar un contrato de 15 millones de dólares con los Blues y a firmar uno con los New York Rangers, donde terminó su ilustre carrera. Los Kings honraron al Grande en 2002 con una estatua en su honor en las afueras del Staples Center, el coliseo donde juegan de locales.

El 22 de noviembre de 1999 Gretzky fue inducido al Salón de la Fama del Hockey, habiéndosele permitido tal distinción sin esperar los tres años reglamentarios; un honor que solamente se le ha otorgado a diez jugadores en total. En el año 2000 Gretzky fue inducido al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Hockey sobre hielo y en el Juego de las Estrellas del mismo año la NHL retiró su célebre número 99 en toda la liga.

Tras su retiro, Gretzky ha sido entrenador y propietario de varios equipos y negocios, incluyendo en la actualidad restaurantes y viñedos. También fue director ejecutivo del equipo masculino canadiense de hockey en los olímpicos de invierno de 2002 en Salt Lake City, en donde el equipo ganó su primera medalla de oro en 50 años. Gretzky fue de nuevo director ejecutivo del equipo de hockey en los olímpicos de invierno de 2006, aunque esta vez sin el éxito de 2002. En 2010 fue el último portador de la antorcha olímpica para los olímpicos de Vancouver.

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Gretzky en la inauguración de Vancouver 2010. Captura del video de Global News.

Un momento destacado de la carrera de Gretzky que puede considerarse como un gran momento de la historia del deporte, sucedió en 1979, en el Juego de las Estrellas de la WHA formando en la misma línea con su ídolo Gordie Howe. Aquel partido es de los que no se repiten. Podría decirse que fue el momento en el que el manto de grandeza en este deporte pasó de manos de un gigante a las de otro. Mucho de cuanto Howe logró fue superado por Gretzky, y la memoria de ambos es perpetuada a diario por jugadores y aficionados que les admiran e imitan.


*Daniel Trujillo: Traductor oficial, patinador aficionado, gamer incorregible, escritor ocasional.

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